lunes, 18 de agosto de 2014

Los niños dictan al maestro

Los niños dictan al maestro
Cuando los niños dictan al maestro, delegan el trazado de la escritura, pero se hacen responsables de la composición del texto. Es decir se posicionan como dictantes de un texto pensado por ellos y materializado por la mano del maestro. El dictado al maestro permite abordar textos de variada extensión y complejidad: una recomendación de libros de literatura, una nota de enciclopedia, un cuento creado entre todos, una carta solicitándole al municipio que repare los juegos de la plaza, entre otros.
En esta situación el docente muestra a los niños el acto de escritura y comparte con ellos los problemas que se enfrenta todo aquel que escribe: explicitar el propósito del texto y el o los destinatarios (avisarles a los nenes del turno tarde que “ya regamos las plantitas del cantero”); planificar qué se va a escribir y en qué orden (primero los saludamos, después les avisamos, después ponemos quién lo escribió para que sepan); releerá para controlar que eso que se escribió resulta comunicable (nos entenderán así); hacer consultas durante la producción para asegurarse que el texto contenga lo previsto y de la forma más parecida a los textos que circulan socialmente; revisar lo escrito; pasarlo en limpio, decidir sobre que soporte lo escribirán (en el pizarrón, en un papel, como una carta dentro de un sobre, en un correo electrónico....).
En ocasiones, algunos textos pueden combinar partes escritas por dictado al docente con escritura de los niños, solos o en parejas. Por ejemplo pueden intercalar producciones propias completando la lista de elementos para una experiencia, escribiendo su nombre en una carta o invitación, escribiendo el título del cuento creado, entre otras. Al docente le permite asumir el rol de lector y escritor y, a su vez, el de mediador para que los niños puedan leer y escribir a través de él.

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